La música llega a la IX Mostra portuguesa
04/11/2011.- Del 5 al 23 de noviembre se desarrollará el grueso del programa de música de la novena edición de esta muestra de cultura y arte de nuestro país vecino que dio comienzo el pasado 20 de octubre. Las ciudades que participan son Madrid, Sevilla, Barcelona y Oviedo, ciudad esta última que acoge desde el pasado 22 de octubre, en el Teatro Filarmónica de Oviedo, el II Ciclo Noches de Fado “Divas” .
La música ha sido a menudo el diente del león en algunos carteles de la Mostra Portuguesa, contando para esta su novena edición con algunas de las propuestas musicales más atractivas y excitantes de la escena lusa contemporánea.
Así, frente a la delicada delicada camerística instrumental de Rodrigo Leão o el folk fronterizo de los extremeños Acetre, este año se reconocen como obligadas las citas de Lula Pena (Sala Clamores, 23 de noviembre, 21,30h.) una suerte de Tom Waits en femenino cuyas composiciones nos transmiten la vida cotidiana a través del fado y la canción. Y una sonoridad diferente, inspirada en esa carnalísima trinidad que para ella representan el fado de Amália Rodrigues, el tropicalismo brasileño de Caetano Veloso y la exótica morna caboverdiana de Cesária Evora.
El fado por derecho llegará esta vez en la inteligente voz de Pedro Moutinho (Círculo de Bellas Artes, 15 de noviembre, 21h.) Existe un gozoso consenso en definir su álbum “Um copo de sol”, de 2009, como un punto de inflexión en su carrera musical. Se trata, desde luego, del trabajo que logró que este cantante abandonase la condición de promesa del fado, para convertirse en una realidad incontestable, confirmada incluso un año antes, cuando recibió el prestigioso Prémio Amália. Antes fue el tiempo de obras necesarias y pretéritas como “Primeiro fado” o “Encontro”, a las que hoy suma su más reciente registro, “Lisboa mora aquí”.
Por último, la visita (Sala Galileo Galilei, 17 de noviembre, 21.30h) de la jovencísima cantante Luísa Sobral –veintitrés años- nos emplazará ante la encarnación musical de una sociedad que quiere sumergirse en el cosmopolitismo, que se mira cada vez con mayor complacencia y se descubre parte de Europa y del mundo. En los cuatro años que Sobral permaneció en el Berklee School of Music de Boston obtuvo varios premios de interpretación y también de composición. Y, con todo ello, lo mejor es que descubrió su propia voz. Es la misma que muestra en el disco “The cherry on my cake”, publicado después de haber recalado en Nueva York tras la finalización de sus estudios en Berkley. Se trata, sobre todo, de un disco que se acoda bien en la herencia de Madeleine Peyroux. Y también en la de Stacey Kent y Melody Gardot, todas mujeres de éxito en el nuevo jazz. Sin duda, Luísa Sobral es la última sensación musical remitida desde Portugal.
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